sábado, 6 de agosto de 2011

A veces hay que ponerse a pensar, y pensar que amar es algo tan lindo. Hay que ponerse a pensar que, vale la pena vivir, que vale la penar reír, llorar, querer, amar, jugar, correr, caminar, saltar, cantar, callar, escuchar, hablar, sonreír, y muchas cosas más, que seguramente las ponemos en práctica, todos los días.
No creo que la vida sea un juego, no creo que sea así pero… ¿Qué más da? Si nos trajeron aquí con el propósito de ser alguien, de ser lo que deseemos. Bueno... Para ser lo que deseamos, vale la pena tomarse la vida, un poco, en juego. Quizás haya cosas que así no lo parecen, como la perdida de un ser querido, que abandonó el juego, aunque sabemos que no lo hizo queriendo, y aún así está en un mejor lugar, lleno de felicidad, la llegada de un ser querido, que sabemos que llegó, porque Dios así lo quiso, y porque se merece comenzar a jugar o simplemente, vivir la vida, que es lo que hacemos día a día. ¿Ves? No paramos de jugar, jugamos, jugamos, y jugamos.
A veces JUGAR cuesta, porque no conoces las reglas del juego, pero… ¿qué reglas? ¡No hay reglas para vivir la vida! Cada uno juega a su manera, a su parecer.  No dejes que en tú vida, otros, quieran jugar sobre  ella. Recuerda que para vivir, no hay reglas y vives, pero para amar… Para amar, tampoco las hay, pero debes aprender que es aún más complicado. Debes saber que con él, se pierden más lágrimas de las que perdemos en VIVIR la vida. En él, sentimos más que lo que sentimos en la vida,
-          -Sólo hay que vivir la vida minuto a minuto, y saber que en ella podemos encontrar cosas totalmente maravillosas y únicas, que nos pueden hacer felices por siempre… Si no es la felicidad quien llega primero, debemos confiar que tarde o temprano llegará y será PARA SIEMPRE -

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